COMPLEMENTARIOS

viernes, octubre 28, 2005

ARTÍCULO SOBRE PERIODISMO DIGITAL/strong>

 
Veo que "nadie" ha respondido a este debate sobre el periodismo digital. Bueno, no va a ser tan fácil obviarlo, así que quedará como tema de debate para la próxima sesión del viernes 4 de noviembre.

A continuación te ofrecemos dos artículos sobre periodismo digital para complementar la información de las copias que se te dieron en la sesión de ayer. Léelos y danos tu opinión sobre el futuro del periodismo digital en México, sobre el desarrollo de los medios en línea de nuestro país, y sobre la formación de los periodistas digitales. Publica tu opinión tanto en tu bitácora como en la del seminario. Recuerda que tu participación en los debates, y las reflexiones que lleves a cabo en los mismos, es importante para tu evaluación

Periodistas, por una formación integral

Artículo de opinión sobre el nuevo perfil profesional del periodista

Arturo Ávila Cano

No cabe duda, el arribo de las nuevas tecnologías al periodismo obliga tanto al profesional de los medios como al estudiante a estar en permanente actualización con respecto al uso de las más recientes herramientas.

Actualmente, ya no basta con saber redactar una noticia o buscar información a través de los medios tradicionales. Hoy se exige al periodista poseer conocimientos sobre el manejo de medios digitales, paquetería de diseño, navegar por Internet, etcétera. Es decir, a las tradicionales habilidades que se le exigen a un profesional del periodismo, debemos agregar el conocimiento multimedia y el uso de herramientas que han llegado para facilitar nuestra labor.

Por ejemplo, Ulises Castellanos, editor de fotografía del reconocido semanario político mexicano Proceso, indica en su Manual de Fotoperiodismo, que el profesional de la lente debe agregar a la sensibilidad visual, cultura general y el interés por el seguimiento de los sucesos diarios, la habilidad para manejar el software y la nueva herramienta digital relacionada con el ámbito fotográfico. (1)

Para este editor, quedaron atrás los tiempos de las cámaras análogas y el uso de las películas fotográficas en el oficio. En una conferencia dictada en el Club de Periodistas de México, con motivo del X aniversario de la Revista Cuartoscuro, advirtió que aquel chaval que desee ingresar al mundo profesional de la fotografía periodística debe llevar consigo los conocimientos indispensables en materia digital.

Esto no significa que el aprendiz de fotografía deba vender su cámara mecánica o automática con la que está experimentando, o que las grandes empresas como Kodak, Fuji o Ilford vayan a dejar de fabricar las clásicas películas gráficas. Simplemente, el material que antes se utilizaba en el nicho del fotoperiodismo pasará a formar parte de otro mercado, pues ya no cumple con el requisito fundamental del periodismo actual: la velocidad, la inmediatez.

Hoy, el periódico o la revista no pueden esperar el proceso de revelado y el posterior scanneo del negativo. No, hoy es preciso captar la foto, “subirla” inmediatamente a la red y editarla, en dado caso, por medio del photoshop.

Algo similar pasó con la sustitución de las máquinas de escribir por los ordenadores con procesador de texto integrado. Cuando éste último llegó a las salas de redacción, hubo que capacitar a los reporteros para que pudieran utilizar bien la nueva herramienta. Tiempo después, las escuelas de periodismo comenzaron a adaptar sus aulas con la nueva tecnología.

De tal modo, ya no había que esperar mucho para tener la información, revisar la nota y comenzar a diagramar. Sin lugar a dudas, el procesador de palabras vino a facilitar la labor del reportero, y la paquetería de diseño, como el Page Maker o el QuarkXPress, hicieron su parte.

Todas las herramientas digitales han revolucionado el oficio periodístico. Sí, no hay duda sobre ello, han facilitado el trabajo, pero… ¿La tecnología nos ha hecho mejores periodistas? ¿Es tan sólo una herramienta o se ha convertido en parte fundamental del oficio? ¿Actualmente el periodismo es más forma que fondo?

Desde luego, la profesión ha experimentado diversos cambios a lo largo de la historia, pero nunca tan drásticos, nunca tan vertiginosos que no dieran tiempo para reflexionar y adecuarse a ellos con mesura.

La llegada de la grabadora no sustituyó al bolígrafo y la libreta como compañeros indispensables del reportero; la sustitución de las máquinas de escribir por los ordenadores con procesador de texto, no implicó que el periodista aumentara su lenguaje y mejorara su forma de redactar, sino por el contrario. El arribo de las cámaras digitales no significa que aquel que las utilice va a ser el próximo ganador del World Press Photo.

No, claro que no. El periodista aún se debe preocupar por tener una formación integral. No basta con la tecnología, es preciso poseer cultura general, estar bien informado, saber redactar, consultar bases de datos, tener gusto por la lectura, etcétera.

Hoy estamos inmersos es una especie de espiral tecnológica; estamos rindiendo culto a la velocidad, a la información en tiempo real. Queremos ganar siempre las exclusivas y subirlas a la red, queremos estar siempre un paso delante de la competencia; claro, ésta sed por ser el primero no es nueva, pero la tecnología la ha magnificado. Y con ello, la ética, la veracidad de las fuentes y el obligado contraste de la información han quedado relegados.

Y lo peor es que muchas de las instituciones dedicadas a la enseñanza del periodismo, están en el mismo tenor: rindiendo culto al nuevo Dios de la velocidad, en detrimento de la formación integral.

En el pasado se sabía bien que pocas o quizá ninguna institución educativa, que contemplara en su programa de estudios la enseñanza del periodismo, podía estar a la par de los cambios tecnológicos que se estaban desarrollando en los medios de información. Hoy, la llegada de los medios digitales y la posibilidad de adquirirlos, legal o ilegalmente, y usarlos de un modo relativamente fácil, ha cambiado ese esquema.

El mundo académico ha cambiado sus planes de estudio, dándole mayor importancia al aprendizaje de las nuevas herramientas digitales y descuidando, desgraciadamente, la enseñanza tradicional. Hoy, los géneros periodísticos informativos y de opinión se estudian en dos semestres, la redacción a veces se contempla en un semestre, a veces no. No hay materias sobre el acceso a fuentes, periodismo de investigación o derecho a la información.

Sin dejar de reconocer que en la actualidad es indispensable tener ciertos conocimientos sobre tecnología digital para desarrollarte con soltura en la profesión, es preciso reconocer que hay una preponderancia de ésta por sobre la esencia periodística.

Ahora, ya no basta con especializarse en alguna fuente o dominar ciertos temas, es preciso saber utilizar las herramientas digitales para hacer llegar la información de forma rápida, en tiempo real; ya no queda tiempo para contrastar la información y verificar la fiabilidad de las fuentes. Hoy somos esclavos de la velocidad.

Esto debe cambiar, debemos hacer una pausa en el camino, una pausa obligada por las actuales circunstancias. La red nos permite tener un público más amplio como en ninguna otra ocasión en la historia, la gente ha tomado el papel de informante y se comunica sin la intervención del profesional de los medios, existe la posibilidad de tener texto, imagen fija, voz y video en un mismo sitio. La competencia ha aumentado, pues ya no sólo es la gente a título personal la que procesa y difunde información sino que también los portales de servicios han encontrado en ésta, una posibilidad más de acercarse y retener al navegante.

Ante todo este panorama, el periodista debe concentrarse en ser mejor en lo que solía hacer, antes de la llegada de la red. Es verdad que la competencia es dura, pero el periodismo tiene la historia y el prestigio de su lado. Es verdad que ahora las fuentes se han rebelado, pero no todas ellas tienen la capacidad de hacer inteligible su mensaje, de darle interés público, de otorgarle calidad, legibilidad